El acto de vivir es la felicidad

No deberíamos concentrarnos tanto en buscar la felicidad, porque eso es un engaño, no existe más felicidad que el acto mismo de vivir, cuando se ha aceptado la vida como un regalo perfecto, con sus días buenos y sus días malos.

Extrañamos el sol en los días nublados, porque el sol nos quita la pereza, nos motiva y nos alegra; pero qué sería de nosotros si no lloviese de vez en cuando.

Es un error querer estar siempre en la superficie, vivir haciendo piruetas sobre la cresta de las olas para evitar hundirse.

Hay olas gigantes contra las que no se puede luchar, y momentos de gran dolor en que es mejor sumergirse.

La crecida de los ríos prepara la tierra para la siembra, y si no caen lágrimas del cielo, no nacen flores.

Miguel Ángel Gutiérrez